Realizar un peeling químico en una persona con acné requiere una evaluación cuidadosa y una planificación meticulosa para garantizar la seguridad y efectividad del tratamiento. Aquí te mencionamos algunos puntos muy importantes a considerar:
EVALUACIÓN DE HISTORIA CLÍNICA
Antes que nada, lo primero es evaluar la historia clínica del paciente, incluyendo:
- Condiciones médicas preexistentes.
- Alergias.
- Medicación actual (especialmente si está tomando retinoides orales como la isotretinoína, ya que en estos casos no se puede realizar un peeling, pues sería una contraindicación).
- Tratamientos previos para el acné y cuándo fue su último tratamiento.
- Procedimientos adicionales que esté llevando a cabo (como la depilación láser).
- Productos que está utilizando en casa, para determinar si es necesario suspender alguno temporalmente o sustituirlo por otro, ya que inmediatamente después de un peeling no se recomienda usar productos que contengan ácidos, retinoides y/o alcohol.
EVALUACIÓN DEL TIPO DE PIEL Y CONDICIÓN DEL ACNÉ
Otro punto importante es evaluar el tipo de piel del paciente y las condiciones actuales:
- Determinar si la piel es grasa, mixta o está sensibilizada por el uso de productos.
- Evaluar si la piel está deshidratada, ya que esto puede influir en el tratamiento.

GRADO DE ACNÉ:
Es fundamental determinar el grado de acné del paciente:
- Leve, moderado o severo.
- Esta evaluación ayudará a seleccionar el tipo de ácido y la concentración adecuada para el peeling.
- También permite valorar si es mejor iniciar con otro tipo de tratamiento antes de realizar el peeling químico.
TIPOS DE PEELINGS
En un peeling químico se pueden utilizar diferentes tipos de ácidos, cada uno con propiedades específicas y aplicaciones particulares según el tipo de piel y el problema a tratar. A continuación, te describo algunos de los ácidos más comúnmente utilizados en los peelings:
Ácido glicólico: Este es un alfa-hidroxiácido (AHA) que se utiliza en concentraciones entre el 20% y el 70%. Es ideal para peelings superficiales a medios. Sus beneficios incluyen mejorar la textura y el tono de la piel, tratar el acné, las manchas solares y los signos leves de envejecimiento.
Ácido salicílico: Es un beta-hidroxiácido (BHA) que se usa en concentraciones entre el 20% y el 30%. Se utiliza para peelings superficiales y es efectivo en pieles grasas y propensas al acné. Penetra en los poros para limpiarlos profundamente, reduce la producción de sebo y ayuda a tratar el acné y los puntos negros (comedones).
Ácido láctico: Este es un AHA, y sus concentraciones van desde el 20% hasta el 90%. Se usa para peelings superficiales. Entre sus beneficios están la mejora de la hidratación, la textura y el tono de la piel. Es adecuado para pieles sensibles y secas, y trata la hiperpigmentación y los signos leves de envejecimiento.
Ácido mandélico: También es un alfa-hidroxiácido que se usa generalmente en concentraciones del 20% al 40%. Se emplea para peelings superficiales y es suave y menos irritante, por lo que es adecuado para pieles más sensibles y propensas al enrojecimiento. Mejora la textura, el tono de la piel y trata la hiperpigmentación y el acné.
Ácido tricloroacético (TCA): Se utiliza en concentraciones que van desde el 10% hasta el 50% para peelings más profundos. Ayuda a tratar arrugas profundas, cicatrices de acné, manchas solares y mejora significativamente la textura y el tono de la piel.
Es importante que el tipo y la concentración de ácido utilizado en un peeling químico se determinen teniendo en cuenta el tipo de piel del paciente, el problema a tratar y los objetivos del tratamiento. Además, el paciente debe estar informado sobre los cuidados pre y postratamiento necesarios para maximizar los beneficios y minimizar los riesgos.
¿Qué otros ácidos conoces para realizar peelings? Sé que hay muchos más. ¿Tienes alguna duda sobre esto? Envíanos un mensajito y con gusto te brindamos seguimiento.